Los impactos del cambio climático son increíblemente obvios en imágenes satelitales recientes del lago Mead de la Agencia Nacional de Aeronáutica y del Espacio. El depósito más grande de los Estados Unidos ahora está lleno solo en un 27 por ciento, su nivel más bajo desde que se llenó por primera vez en 1937. Esa es una preocupación crítica: el lago Mead es la fuente de agua para 25 millones de personas en siete estados y varios valles agrícolas importantes.El aumento de las temperaturas globales afecta todos los aspectos de nuestras vidas, desde la energía y el transporte hasta la agricultura y la salud humana. El aumento de las temperaturas también determina la disponibilidad y la calidad del agua y la integridad de la infraestructura que nos la trae. En el futuro, estos factores críticos serán aún más difíciles de predecir. A menos que los gobiernos, federales, estatales y locales, actúen ahora, el acceso al agua y al saneamiento seguirá disminuyendo.Veamos los impactos del cambio climático en los recursos hídricos y las respuestas que pueden ayudar a combatir la escasez.
REDEFINIENDO EL CICLO DEL AGUA
El ciclo del agua es una lección de ciencia común en la infancia, pero a menudo se da por sentado. El aumento de las temperaturas globales cambiará partes importantes del ciclo y cambiará lo que sabemos sobre las fuentes de agua.
Más lluvia e inundaciones
En comparación con hace un siglo, los eventos de precipitación anormalmente fuertes son más fuertes y más frecuentes en los Estados Unidos, según el Programa de Investigación del Cambio Global de los Estados Unidos. Esto puede significar fuentes de agua inaccesibles, contaminación de pozos, daños a la infraestructura, aumento de la turbidez y más enfermedades transmitidas por el agua.
Más sequias
A medida que las sequías se vuelven más comunes, las comunidades necesitan más agua, sobre todo para la agricultura. Las temperaturas más altas provocan una mayor evaporación, una menor disponibilidad de agua y una reducción del caudal de los ríos, al tiempo que aumentan la concentración de patógenos y toxinas transmitidas por el agua.
Aumento del nivel del mar y deshielo
El grosor medio de 30 glaciares emblemáticos ha disminuido más de 18 metros desde 1980, mientras que la superficie cubierta por hielo marino en el Ártico se ha reducido aproximadamente un 40%, según la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica. Las temperaturas más cálidas descongelan antes los glaciares, la nieve, el hielo marino y el permafrost y provocan un menor crecimiento del hielo en invierno. Esto puede modificar los caudales estacionales de los ríos y reducir la disponibilidad de agua en verano.Además, la nieve se derrite antes que las previsiones a largo plazo. Para muchos habitantes del oeste de Estados Unidos, el manto de nieve es una importante fuente de agua dulce, pero pronto podría dejar de ser fiable.
DISPONIBILIDAD FRENTE A PREDECIBILIDAD
Según un estudio de 2022 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, la preocupación por el impacto del cambio climático en los recursos hídricos no se centra sólo en la disponibilidad de agua. La creciente variabilidad de los recursos hídricos puede ser igual de crítica.
Según el estudio, dirigido por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), se prevé que los recursos hídricos fluctúen a lo largo del siglo XXI y sean menos predecibles en regiones de todo el hemisferio norte. Aunque las precipitaciones no varíen, el caudal de los ríos puede ser más variable e imprevisible. La cantidad y el momento de disponibilidad del agua dependerán de los episodios periódicos de lluvia.
El estudio muestra que la cantidad de agua contenida en la capa de nieve podría disminuir casi un 80% a medida que ésta se vuelve más fina y se funde antes en algunas partes de las Montañas Rocosas. Los gestores del agua no dispondrán del plazo de cuatro a seis meses que ofrecen el deshielo y la escorrentía. Se prevé que habrá 45 días más al año sin nieve y que los periodos vegetativos serán más largos, lo que agravará la situación de los recursos hídricos.
Por supuesto, los cambios no serán uniformes. Los mayores impactos se producirán en las latitudes medias relativamente cálidas y en las regiones marítimas de altas latitudes influidas por el hielo marino. Sin embargo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero podría reducir estos efectos.
DEMANDAS DE INFRAESTRUCTURAS
Los países de todo el mundo se enfrentan ya a graves problemas en los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento, según las Naciones Unidas. Las empresas de servicios públicos y los organismos civiles que planifican proyectos como nuevos embalses deben tener en cuenta las características cambiantes del caudal de los arroyos y de la capa de nieve. En última instancia, investigaciones como las del estudio del NCAR informan sobre la forma en que la sociedad gestiona los recursos hídricos.
Los gobiernos nacionales, estatales y locales deben aplicar las medidas posibles para que las comunidades y las infraestructuras sean más resilientes a la reducción de la disponibilidad de agua y a la contaminación del suministro. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se prevé que cada aumento de 1 °C en la temperatura del planeta reducirá los recursos hídricos renovables en un 20% y afectará a un 7% más de la población.
Pero con demasiada frecuencia, los órganos de gobierno no tienen en cuenta las formas de integrar el agua y el clima, dejando sin abordar los retos interconectados del agua potable, el saneamiento y la salud.
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RESPUESTA A UN MUNDO QUE SE CALIENTA
La Columbia Climate School ha creado modelos climáticos para investigar y explorar diversos escenarios que permitan equilibrar la oferta y la demanda de agua. Algunas de las estrategias recomendadas por esta investigación incluyen la creación de almacenamiento adicional de agua, el aumento de la eficiencia de los sistemas de riego y la selección de cultivos apropiados para el clima local. Los proyectos de energía eólica y solar también utilizan menos agua que las centrales eléctricas tradicionales.
Los ciudadanos desempeñan un papel importante en la conservación del agua. Eso significa tomar duchas más cortas, arreglar las cañerías defectuosas, instalar jardines xerográficos y evitar alimentos que requieren mucha agua para crecer. ¿Esa hamburguesa de medio kilo que parece tan tentadora? Requiere 450 galones de agua para producir la carne.
Las empresas de suministro de agua y los laboratorios de análisis son asesores de confianza de los clientes sobre cómo afecta el calentamiento del clima a la disponibilidad y calidad del agua. Tanto si trabajan con sistemas públicos de agua potable y aguas residuales como con municipios, propietarios de pozos privados o productores agrícolas, pueden ayudar a salvaguardar los suministros de agua y las comunidades que dependen de ellos.
Los laboratorios de aguas deben prepararse para gestionar un número creciente de muestras a medida que la sequía y las inundaciones se hacen más frecuentes. Si aún no lo ha hecho, colabore con otros laboratorios para establecer protocolos de preparación ante emergencias que les permitan funcionar a pleno rendimiento. A medida que avance el cambio climático, descubrirá que los análisis del agua -y su laboratorio- son más esenciales que nunca.